Las elecciones europeas del 25 deMayo en España dejaron
pocos vencedores y en cambio pusieron sobre la mesa varios indicadores que se
venían anunciando a lo largo del tiempo desde la población: desmantelamiento del bipartidismo, impulso
al soberanismo catalán, desafección política, e impulso a la vez que fragmentación
de la izquierda. Los dos partidos mayoritarios (PP y PSOE) no consiguieron
reunir más del 50% de votos, hecho que refleja el distanciamiento de la sociedad
ante ellos, esto llevo al florecimiento de diversos partidos con al menos un
escaño. Por su parte, el pueblo catalán ratifico la voluntad de poder votar su
futuro en una consulta, dando cerca de 1.500.000 de votos a aquellos partidos
que han expresado su apuesta por que se realice el referéndum (ERC, CiU, ICV).
Justo en esta comunidad el porcentaje de participación creció un 10% respecto a
2009, hasta llegar al 47,62% dos puntos más que en el conjunto de España, estos
índices tan pobres han sido una tónica repetida en la mayoría de países
europeos, presentando unos porcentajes muy bajos de confianza en las elecciones
europeas, y en la clase política. Al principio hablaba que hubo pocos
vencedores, pero a nivel estatal hubo un
partido claramente vencedor, Podemos, lo que ha provocado una mayor
representación de la izquierda a la vez que está más fragmentada en diversas
opciones. Teniendo en cuenta que Izquierda
Plural y Podemos han reunido más de 2.800.000 votos se puede considerar que la
izquierda suma un número realmente a tener en cuenta como fuerza política,
si a estos le sumamos la parte más progresista del PSOE, la esperanzas de cara
a las elecciones de 2015 son ilusionantes para que haya un cambio de políticas
tanto económicas, sociales, democráticas y laborales. Pero ¿Y después de las
elecciones europeas, qué?
PSOE, renovarse o
morir.
El PSOE después del severo correctivo que sufrieron en estas
elecciones, que se suma a los que llevan acumulando desde 2011, parece que ha empezado a procesar que sus votantes les
están pidiendo un cambio en su secretaría, y cargos más elevados, a la vez que
replanteamiento de sus políticas. Así que se abre el proceso para nombrar a
la nueva cúpula del partido que tiene en sus manos renovar al PSOE, o darle el
último empujón hacia el barranco.
Curiosamente en el momento de la
democracia donde están obteniendo peores resultados, puede ser que vuelvan a ser
la llave del gobierno, y no precisamente por méritos propios sino por demerito
del partido de gobierno. El PSOE no se juega solo elegir la cúpula de su
partido, sino que indirectamente están eligiendo la ruta de camino en los
próximos años y sobre todo a corto plazo, las elecciones generales de 2015. Las
dos opciones que a vuela pluma se pueden presentar son claras y han sido planteadas
públicamente por diversos sectores del partido: gobierno de unidad, pactando
los elementos fundamentales de la política nacional con el PP; o frente de
izquierdas fijando unas recetas de izquierda sobre las que pivotar un gobierno.
Quien más quien menos ya se ha
postulado dentro del partido respecto a esta dicotomía, y es conocido que el núcleo
más duro liderado por Felipe González, que goza del don de la oportunidad a la
hora de pronunciarse, está por la labor de volver al poder de la mano de laderecha para que no cambie nada en este país,
y poder seguir adorando a la maravillosa transición donde por casualidad ellos fueron
artíficies; así lo ha hecho saber públicamente, al igual que ha desprestigiadoa PODEMOS.
En cambio, existen corrientes dentro del partido con una mentalidad más abierta
en contra del anclaje en el establishment
político que entiende la necesidad de hacer reformas progresistas de calado a
todos los niveles.
Izquierda Plural y
Podemos, condenados a entenderse.
En el contexto actual ya no vale
actuar simplemente como fuerza opositora al gobierno, porque esto nos ha
llevado a la situación actual donde el estado de bienestar se sustenta gracias
a las familias, el sistema democrático hace aguas y el poder económico esta
sustraído por un establishment totalmente
ajeno al control del pueblo. Con estos elementos pensar que solo con tener
representación en el parlamento ya basta sería dejar escapar una gran
oportunidad de tomar decisiones en la práctica. Hacer la batalla por separado
era entendible en un panorama donde las posibilidades de sumar mayoría eran
ínfimas, pero actualmente, esto ha cambiado tanto por la disolución del sistema
bipartidista, como por el agotamiento por parte de la sociedad a estar bajo
estas políticas ultraconservadoras.
La Izquierda Plural lleva una
constante de crecimiento en número de votos, pero los pronósticos son que si no
ha tocado ya techo electoralmente, poco le falta; bien sea por su historia, por
su anclaje dogmático o por una carencia de saber llegar a un pueblo que
realmente sí comparte su programa, no es capaz de aglutinar más votos. En
cambio Podemos en 6 meses de vida como
partido, sí ha sabido movilizar a la gente, que bien estaba totalmente
desencantada de la casta política y abogaba por la abstención, o a la que
necesitaba ver caras e ilusiones nuevas en otro partido.
La coalición de estos dos
partidos era algo que ya se demandaba por parte de algunos sectores antes de
las elecciones europeas, pero ahora viendo los grandes resultados de los dos
partidos es casi una pura obligación. Aunque ahora la negociación para una posible coalición ha variado sus fuerzas, Pablo
Iglesias ya no es solo el tertuliano que quiere hacer andadura política y al
que Izquierda Unida como partido mayoritario le podía poner las condiciones,
ahora la diferencia es solo de 300.000 votos, hecho que iguala el eje de
fuerzas para configurar un frente común. En estas elecciones ha habido un
clara lección en la hora de la captación de votos por parte de Pablo Iglesias a
los líderes de Izquierda Unida en especial a su homólogo y el que tiene que ser
la esperanza del partido por capacidad y juventud, Alberto Garzón Espinosa; Pablo Iglesias ha demostrado que en esta
década hay que estar capacitado pero también hay que saber jugar en diferentes
escenarios y lo mismo que puedes dar un discurso frente a gente afín a tus
ideas, hay que saber batallar dialécticamente con aquellos que insaciablemente
promulgan su conservadurismo en la parrilla televisiva.
Pero dejando al lado egos
individuales, disputas de procedimientos y de fundamentaciones ideológicas,
ahora toca poner la cara todos y darlo todo para que este país cambie de
verdad. En esta andadura habrá que sentarse y ver qué camino decide elegir el
PSOE, si deciden seguir alineándose con las políticas económicas de derechas
como en la última legislatura de Zapatero, lo mejor será presentar un proyecto
ilusionante y sus propios militantes que gran parte si son progresistas y de
izquierda de verdad sabrán elegir quién les representa electoralmente. Y
sumando toda esta base militante de las diversas formaciones y movimientos
sociales, el cambio es más probable que nunca. La Izquierda Unida, PODEMOS.
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