Hace
un tiempo leí Los cuatro jinetes del
apocalipsis de Vicente Blasco Ibañez, considerada como una de las 100
mejores obras en castellano de la historia, así como el primer best-seller del
siglo XX en su traducción al inglés, pero curiosamente es una obra ignorada por
el sistema educativo español el cual nunca ha considerado adecuado que una obra
popular en el mundo anglosajón escrita por un español, sea referencia para
conocer la historia de la primera guerra mundial que es el contexto donde
transcurre la obra. Mientras la leía me encontré con una cita situada en un
dialogo entre dos personajes que me hizo reflexionar, la cita literal dice así:
“El hombre refinado y de complicaciones
espirituales se ha hundido, quién sabe por cuántos años... Ahora sube a la
superficie como triunfador el hombre simple, de ideas limitadas, que sabe
obedecer.” El personaje está haciendo referencia al ser humano que está
surgiendo de la Gran Guerra del momento, lo describe con preocupación por
desconocer hasta cuando perdurara este tipo de personalidad, pues bien la
respuesta es clara esta manera de actuar a calado en la sociedad hasta nuestros
días.
Aunque
las dos grandes guerras mundiales contribuyeron a este pensamiento de un hombre
que predomine por su inteligencia racional por delante de sus ideas que van más
allá de lo vivido, esto ya tenía un origen en el siglo XVII con los filósofos Thomas Hobbes y John Locke con su visión
empirista empezaron a desprestigiar cualquier vinculación del hombre con lo
espiritual así como las vivencias que no fueran demostrables con hechos, esto
alejó al hombre de su origen más natural para acercarlo a la doctrina de Estado,
en la que nadie puede estar fuera de las corrientes mayoritarias a riesgo de
parecer un loco o un desleal.
Actualmente
vivimos en una sociedad que sienta sus bases en los precedentes anteriormente
mencionados donde el más obediente
consigue logros y el más fuerte predomina, esta fuerza no se mide en capacidad física
sino en acumulación de poder ya sea político, empresarial o económico. Es
una relación curiosa porque ellos demuestran estar por encima de los demás como
es lógico para sus intereses, pero también existe el reconocimiento por parte
de los subordinados a tal poder, esta circunstancia es la misma que se vive en
cualquier escuadrón militar. Este trato se basa en el mutuo reconocimiento de
posiciones, y en la introducción de mecanismos que imposibiliten la alteración
de roles, es decir que sea muy difícil igualar posiciones o subir escalones en
la jerarquía, existen diferentes recursos en nuestra sociedad para potenciar
esta desigualdad de poder y si abriéramos la mente nos daríamos cuenta de que
varios de los elementos con los que convivimos día a día su finalidad concreta
es la de poder hacernos sumisos. Para mí existen dos factores que tienen gran
eficacia para conseguir este objetivo:
-
La primera es que tengamos miedo, esto se puede expresar de dos formas ya sea
mediante la coacción a base de sanciones, limitando la libertad de los
ciudadanos a la protesta, endureciendo las actuaciones de cuerpos policiales… (creo
que es evidente que en este país conocen de este mecanismo más que de sobra). El
otro en cambio está más oculto pero tiene una eficacia igual o mayor a la
anterior, todos disponemos de algún
componente en nuestra vidas al cual nos costaría mucho renunciar, aunque no sea
de gran valor el riesgo de perderlo es más fuerte que la promesa de un bien
superior al que ya tenemos, esto nos hace que seamos reticentes a la protesta,
de ejemplo de este nos encontramos el trabajo, aunque sea precario es un
mecanismo de posesión que actúa de anclaje como por ejemplo ante una huelga
general, los subsidios actúan de la misma manera sobre todo cuando existe el
miedo a que te lo puedan quitar. O hablando de protestas ¿Quién estaría
dispuesto a salir a la calle y a crear una gran revuelta para alterar el statu quo si su coche fuera el primero
que ardiera? (Por que siento mucho desilusionar pero la protesta si no genera
miedo en los de arriba nunca conseguirá ningún cambio, y la pacífica de momento
no les remueve nada al establishment). Cuando conectamos estas dos herramientas,
el resultado es el actual, una pasividad inédita ante todas las políticas con restricciones
de libertades civiles y sociales por parte del gobierno.
-
La estrategia de la distracción como así la denomina Noam Chomsky, es una
percepción mucho más agradable para el ciudadano que la anterior por lo que es
más fácil de ejecutarla y de que surja efecto, ya que consiste en aportarles a
los individuos mecanismos que son de su interés y agrado que a la vez que
alejan su atención de temas realmente importantes lo distraen, ya que le van
haciendo una persona totalmente pasiva al estar adormeciendo su intelecto. El
principal mecanismo ejecutor es la televisión, medio que sirve para entretener
pero mientras realiza esta actividad está actuando en el cerebro indirectamente
al producirle tal relajación que la actividad neuronal es similar a cuando duerme, fase neuronal con más capacidad para
absorber información (algo negativo cuando se trata del actual contenido de la
televisión). Pero podemos encontrar más focos de distracción como son la
constante tormenta de noticias banales que recorren medios de comunicación e
internet y la sobreexplotación del deporte tanto televisivamente como a nivel
de prensa, estos se basan en una misma estrategia crear un cierto fanatismo hacia algún icono mediático tanto musical,
cineasta, político (irrelevante) o deportivo y bombardear todos los medios con
noticias relacionadas con estos referentes con la simple finalidad de alejar de
lo que realmente importa, y crear una falsa sensación de estar informado para
eliminar la necesidad de iniciar tu propio proceso de búsqueda de otra
información.
Estamos
en una sociedad donde el Estado no espera otra cosa de nosotros que seamos
sujetos pasivos, tal como decía el personaje de la obra de Blasco Ibañez ellos
quieren que tengamos unas ideas limitadas que seamos simples y sobretodo que
sepamos obedecer, todo aquel que se
aleje de este camino, es decir que tenga sus propios intereses, que crea que
hay proyectos más allá de los que te pueda ofrecer una empresa o que no crea en
versiones oficiales y proteste, nunca lo va a tener fácil, por el simple motivo
que estará fuera del alcance de influencia de un gobierno o sistema productivo
y eso es realmente molesto.