La Unión Europea es un ente
supranacional que desde el Tratado de Maastricht ha ido configurando una línea muy
marcada en sus políticas, la cuales no se han atrevido a cuestionar los
principales grupos parlamentarios en Europa: socialdemócratas, conservadores y
liberales; o si lo hicieron en sus inicios han acabado sucumbiendo ante la
doctrina Europea, caso de François Hollande, quien se postuló en contra de las
recetas de austeridad que promovía Angela Merkel, y ha terminado quitando de
Ministro de Economía francés a Arnaud Montebourg crítico confeso del liberalismo social que impera en la Unión,
para poner a Emmanuel Macron partidario de derogar las 35 horas y quien se plantea que la acumulación de derechos de trabajadores puede ser un obstáculo para los desempleados.
Ante este contexto europeo la
llegada de nuevas formaciones políticas que quieran aplicar medidas reformistas
pueden encontrarse con dificultades a la hora de su implementación por no estar
dentro de la harmonía política existente en el Parlamento Europeo. Esto es algo
que perciben las nuevas formaciones de izquierdas que están surgiendo, en
especial en el Sur de Europa, donde destaca Syriza, por su gran representación
en el Parlamento griego (71/300) y por ser el líder en intención de voto para hacerse con el gobierno en 2015,
la formación fundada en su origen como una coalición de partidos de izquierda.
Su líder Alexis Tsipras ha estado recientemente en España buscando solución al
problema de jugar en territorio hostil dentro del Parlamento Europeo. Tsipras se ha reunido con dirigentes de Izquierda Unida y de Podemos,
con la intención de postular una candidatura conjunta entre las dos formaciones
para las generales de 2015, con el objetivo de hacerse con el poder. El líder
de la formación griega tiene en mente aquello que en el siglo XX promulgaba
Lenin, que la revolución tenía que ser global para que las dinámicas de
sistemas exteriores no hagan caer el tuyo. Si bien un cambio global es
inimaginable actualmente sí que hay que buscar aliados para configurar un
cambio en la correlación de fuerzas dentro de la Unión Europea, con esta
voluntad estas tres formaciones han llegado al acuerdo de incrementar los lazos de coordinación en los parlamentos nacionales y el europeo.
La lógica de la izquierda en poco
meses ha cambiado de manos de Podemos. El discurso ya no va dirigido a hacer
oposición al partido gobernante sino que está encaminado en hacer propuestas de
gobierno, esto se percibe en el giro discursivo de la formación con secretariado
general de Pablo Iglesias los cuales han dejado de banda unas propuestas más
radicales caracterizadas por ser amplias y difusas, para pasar a proponer unas
medidas más concretas con un alcance más realista, han aparcado la revolución
impracticable dentro de la Unión Europea por una reforma económica y política en
ésta. Esta metodología es más propia y acertada para convertirte en un catch all party, ya que hay elementos
del capitalismo que actualmente ya son impenetrables porque la población los
percibe como algo inherentes a su forma de vida; en cambio hacer frente a la
austeridad y poner medidas contra la distancia entre clase política y sociedad están
mejor percibidas por la sociedad europea.